El libro. Nicanor Vélez es autor de los libros de poesía La memoria del tacto (2002 y 2007), La luz que parpadea (2004), La vida que respira (2011) y de la antología Huellas (2008, libro de artista con imágenes de Vicente Rojo y una selección de sus poemas).
Materia de palabras es el testimonio de su trabajo como editor y creador donde recoge sus ensayos más importantes en torno a poetas y a temas capitales como el poema extenso y las relaciones entre poesía y pensamiento. En el libro aborda la obra de José Asunción Silva, Pablo Neruda, Octavio Paz, Gonzalo Rojas, José Ángel Valente, Juan Ramón Jiménez, Eduardo Milán, Giovanni Quessep.
Con el presente volumen, Animal Sospechoso Editor rinde un sentido homenaje a Nicanor Vélez, pues cabe recordar que el nombre de la editorial −antes revista especializada en poesía− proviene de su ensayo «José Ángel Valente o el movimiento de la materia», en el que Nicanor Vélez afirma que el poema es un «animal sospechoso» para toda ideología, del que ésta no se puede fiar.
El autor. Nicanor Vélez Ortiz (Medellín, 1959 - Barcelona, 2011), llegó a París, en 1981, donde se graduó y especializó en lingüística en la Escuela de Altos Estudios. En un viaje a Barcelona conoció a su compañera sentimental y dejó París por la capital catalana para terminar sus estudios. Posteriormente, José Manuel Blecua le ofreció trabajar como corrector en la editorial Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg (1989), donde desarrolló su carrera como editor y creó la colección de poesía que se ha convertido en un punto de referencia en el orbe hispano.
Editó las obras completas de Octavio Paz, Borges, García Lorca, Neruda, Cortázar, Valente, Nerval, Rubén Darío y Jaime Gil de Biedma, entre otros.
Asímismo, tradujo y publicó la poesía de Gonzalo Rojas, Giovanni Quessep, Valente, Vallejo, Gamoneda, Claudio Rodríguez, Juan Ramón Jiménez, Huidobro, Machado, Rilke, Pessoa, Rimbaud, Blanca Varela, Novalis, Auden o Eugenio Montale, así como de otros autores en lengua española y en otras lenguas.
«Como hispanoamericano y como intelectual de una generación que había superado localismos inanes, Nicanor Vélez tenía particular interés en propagar una visión unitaria de la lírica hispánica, en la línea que siempre sostuvo Octavio Paz.»
Andrés Sánchez Robayna
Cuando afirmamos que la poesía es un medio de conocimiento es, en parte, porque, como dice Valente, «toda poesía es, ante todo, un gran caer en la cuenta». Una de las grandes revoluciones de la poesía que se concibe así es su conciencia de explorar un territorio desconocido e invisible, por el simple hecho de no estar controlado, orientado y premeditado de antemano. Por esto el poema, visto así, es un animal sospechoso para toda ideología; simple y llanamente, porque la ideología sabe que ella puede ser la primera víctima de ese «primer animal visible de lo invisible» (como diría Lezama), y esto asusta. La ideología quiere operar sobre un sistema teórico que, evidentemente, casi siempre se hace a la medida. Lo imprevisible no está previsto por la ideología.
Nicanor Vélez