El libro. Santayana es algo más, o algo menos, que filósofo, pues la filosofía no bastaba a dar cauce a la riqueza intuitiva de su pensamiento, como atestiguan su voluminosa obra autobiográfica y su estimable labor como poeta. Los ensayos recogidos en este libro pertenecen a una antología de sus textos llevada a cabo por Logan Pearsall Smith y publicada por vez primera en 1920. Reflejan por tanto el talante de ambos, autor y lector, y aquilatan como ninguna otra antología posible lo que les unía más profundamente pese a ser mucho también lo que los separaba.
Pearsall Smith dice hallar en la copiosa obra de Santayana «numerosos textos semejantes a los de los antiguos ensayistas sobre temas humanos en general y de mayor importancia que lo que hallaba en la obra de otros escritores contemporáneos». Lo que de verdad encuentra, y echa en falta en los autores de su época, es un cierto humanismo de corte clásico. Se piensa, casi sin querer, en Montaigne, cuyo escepticismo, amable y burlón, no dista mucho del de Santayana, que afirmó que había tratado de decir la mayor cantidad posible de cosas no inglesas en lengua inglesa.
El autor. George Santayana (1863–1952) fue un filósofo, poeta y crítico en lengua inglesa que, a pesar de haber vivido desde los nueve años en Estados Unidos, mantuvo siempre la nacionalidad española. Estudió y fue profesor en la Universidad de Harvard durante 20 años junto a los filósofos William James y Josiah Royce. Fueron alumnos suyos Wallace Stevens –con quien compartiría poemas–, Robert Frost y T.S. Eliot, que tomó de él y reformuló la doctrina del «correlato objetivo». Tras sufrir lo que denominó una «metanoia», o cambio de perspectiva espiritual, decidió abandonar la carrera académica. En 1912, a los cuarenta y ocho años de edad, dejó su puesto en Harvard y se marchó a Europa para dedicarse enteramente a la escritura. No regresaría nunca a Estados Unidos. Tras vivir en Francia e Inglaterra, acabó fijando su residencia en Roma, donde moriría en 1952.
En su extensa obra destacan libros como Tres poetas filósofos: Lucrecio, Dante y Goethe –considerada como el primer verdadero estudio de literatura comparada escrito en EE. UU.–, Escepticismo y fe animal, Diálogos en el limbo, Platonismo y la vida espiritual o los cuatro libros de Los reinos del ser. Es también autor de una única novela, El último puritano, nominada al premio Pulitzer de 1935. Su autobiografía, Personas y lugares, era para Edmund Wilson comparable a las memorias de Yeats o a En busca del tiempo perdido de Proust
«Santayana es un filósofo para exquisitos, para gourmets.»
Fernando Savater
XIV
Puede que el mundo sea sólo caos,
en el pequeño mundo que yo pienso;
el paraíso está en mi propio pecho,
allí aparece hermoso frente a mí.
En mi concha me ovillo y duermo, ajeno
a los cielos que, fuera, van cambiando,
donde arrojan del trono a un viejo Cronos
o donde, acaso, vuele un nuevo Eros.
Los ignoro; o, si me persiguen dioses
desconocidos en la suave noche,
pronto cierro los párpados con sueño
y aparto de mi vista sus mil rostros.
En vano me amenazan; sin temor
al vendaval, la nieve alegre danza.
George Santayana