El libro. Con Ferrocarriles repentinos el viaje, la narración del viaje, se convierte en el viaje de la lengua. Sus recursos hacen de éste un libro que guarda un hermoso parentesco con la postvanguardia argentina de los años 60 del siglo pasado. Su escritura a medio camino entre el registro coloquial y el registro lírico es una excelente muestra de ello. Se trata además, de una poesía que se encamina hacia la ternura, la ironía y el goce de la lengua como objetivo de creatividad. Su poesía tensa el lenguaje en busca de un sentido siempre en construcción, un sentido que es, en definitiva, puro lenguaje.
Sin embargo, el viaje y la lengua que narra el viaje no son otra cosa que la búsqueda de un cielo que nos permita vivir a la intemperie, pues, la lengua del poema asimila al viajero a ese «otro yo del viaje». En su Libro de las flores, Alberto Silva nos recuerda que «marchar (andar) y marcharse (despedirse) son el precio a pagar si uno quiere colmar el ansia de crecer». Al fin y al cabo, «vivir es performar la ceremonia del adiós».
El autor. Alberto Silva (Buenos Aires, 1943) es poeta, sociólogo, especialista en estudios japoneses y temas transculturales. Su formación abarca un amplio campo de Humanidades (doctor en Letras y Ciencias Humanas por la universidad de la Sorbona y en Ciencias Políticas por el Ministerio de Educación de Madrid). Tiene amplia experiencia investigadora en sociología nipona contemporánea. Vivió quince años en Japón, donde se fue profesor de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto. Se dedica a la práctica del Zen.
Entre sus obras críticas publicadas cabe destacar La invención de Japón, El libro del haiku, El libro de amor de Murasaki y la serie Zen (cuatro volúmenes, Editorial Herder), así como numerosas traducciones de poesía y estética japonesa, de Bashô a Kuki, de Shikibu a Yosano. En poesía cuenta con la publicación de Mi patria no es de este mundo, El viaje, Celebración del mar y Perros calientes. Ha traducido del inglés, entre otros, Love’s Labour’s Lost, de William Shakespeare.
«Su poesía se sitúa en el cruce infrecuente entre Oliverio Girondo y Leónidas Lamborghini. Alumbra algo que el sentido común había decretado imposible.»
Pedro Castro
Silva de variada elección
[fragmento]
El tren como la reja de un arado
escucha! qué bien cruje sobre dura
corteza ¿no está petrificada
de nuestros sueños tercos
Escucha la reja
destrozando terrones (en su llorar
y llorar fielmente convertidos
en el barro que no quisimos ser.
Alberto Silva