El libro. Quizá uno de los mayores atractivos de Cabañas en el desierto sea su variedad. Cada poema constituye una serie de incursiones en lo inarticulado, como quería T.S. Eliot, cada vez desde un ángulo diferente. Transita desde la mirada personal a un impreciso plural o de la referencia a un lugar y época alejados a la anécdota de una tarde única que, en su despojamiento, se vuelve un hecho transparente y sin tiempo. Las cosas, los acontecimientos, más que en su vivencia cobran consistencia en su evocación por la memoria. De ese modo se comprende que toda cosa transcurre y no transcurre, y «permanece intacta en su pasar».
La autora. Teresa Shaw (Montevideo, 1951). Licenciada en Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona y coeditora de la revista 080 poesía, Barcelona, ha publicado los títulos de poesía Evocación de la luz (Barcelona, 1999), Destiempo (Barcelona, 2003) y El lugar que contemplas (Barcelona, 2009). Asimismo, ha traducido el libro Wooroloo (1998) de la poeta y artista plástica Frieda Hughes. Su obra ha sido recogida en algunas antologías como Barcelona: 25 años de poesía en lengua española, The Other Poetry of Barcelona: Spanish and Spanish–American Women Poets y Voces de la poesía uruguaya reciente. Austero desorden (Verbum, 2011).
«La poesía de Teresa Shaw es de una discreción insondable. Tiene un sentido del verso preciso y sus poemas se presentan ante nosotros como seres vivos. Hablan de hechos remotos y, a un mismo tiempo, cercanos. Cabañas en el desierto es un libro en equilibrio inestable entre la contención, la tensión y la reflexión. Lleva las palabras al extremo sin retruécanos y, en la medida de lo imposible, parece prescindir de las palabras.»
Misael Ruiz
Supongamos el estallido
un instante de pura luz
un punto denso de materia
el aluvión de mercurio y azufre
La dilatación del tiempo
antes del primer segundo
Infinitos manzanos
en una sola semilla parda
Supongamos la Tierra y los océanos
la vida desnuda y sin propósito
La naturaleza entera abriendo los ojos
cuando la amorosa criatura despierta
Y supongamos aún que en el silencio de la noche
nadie lo advirtiera
Pero escucha
los suaves cascos del verano
descienden ya por el jardín
Teresa Shaw